jueves, 24 de noviembre de 2011


Enamorados, la palabra misma lo dice… uno no se enamora por sí solo, para enamorarse se necesitan dos, uno que enamore, y otro que se deje enamorar. Todos, constantemente, hacemos cosas para enamorar al otro: ser como somos. Sabemos que alguien, tarde o temprano, se va a enamorar de nuestra forma de ser, de nuestras actitudes, nuestros pensamientos. Tal vez no lo hacemos con esa intención, tal vez queramos que alguien se enamore y no lo haga, tal vez alguien crea enamorarse, y después se dé cuenta de que en realidad no lo estaba, o tal vez pensemos tanto en porqué alguien no se enamora de nosotros, que no veamos que otra persona sí lo hizo. Y esas son cosas que en algún momento a todos nos pasan, a veces nos toca estar del lado del que enamora, y otras del enamorado, a veces se sufre y otras se es feliz. No se puede evitar. Todos sufrimos o vamos a sufrir alguna vez, es parte de crecer, de madurar, de aprender, porque aunque en ese momento no lo notemos, o no creamos que así sea, con cada caída aprendemos, cada dolor nos enseña algo nuevo. Y aunque a veces pensemos que el amor es sufrimiento, va a llegar el día en que veamos la otra cara del amor, y ese día vamos a agradecer todo lo que pasamos para lograr llegar ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario